fulgor y amapola
rodeada de tilos cruzas las piernas y me pregunto cómo no estallas si todo lo que contienes pertenece a otro cercado donde las fieras se congregan y las bestias centellean. Pienso en el temblor del mundo -tus muslos sobre la mesa- en las regiones bastas bajo tu vestido, en la travesía hacia la incandescencia que me mantuvo entre el azogue y el tacto de los narvales solo una tela me separa de los titanes he estado allí, en la fronda, en la cascada en la bifurcación entre el arder y la herrumbre. He visto los vencejos. He sido dios y arena apenas diez minutos, cuando me apretaste hacia la hojarasca milenaria y el barro primordial. yo perdí la cadencia al caminar hace una década. Hoy sólo puedo estirar las manos y dejar que fulgor y amapola me destruyan. Estás delante Sólo sé, entonces, colocar rectos mis demonios. Mirando hacia ti. Es justo. Frente al fuego sólo se puede danzar.