Versografía (I): "Vacaciones en Roma"

























Ella mira diciendo:
"toma mi mano
pero pon cuidado
que en ella anidan pájaros extraños
y juguetes olvidados.
Fuguémonos en esa moto barullo
que yo sé vivir del aire
y me gustan los hombres
que no se vuelan con el viento.
Si corremos me agarro a tu cintura
como el cordel del globo
que se impacienta en el dedo
de un niño.
¿Te gusta mi falda?
La llevo así sólo
porque me beses los tobillos
y porque da la sensación de
que le hayan brotado unas sandalias
de repente,
como al descuido.
No soy sabia pero sé cosas.
Sé que el vértigo
es lo que sucede
entre mi cuello y mi mentón.
Así que hoy consiénteme
y no mires para otro lado
si en ese lado no estoy yo
"

A él no le hace falta
ni tan si quiera
llevarse la mano a los bolsillos.
Debe guardar en otra parte
el secreto inviolable de la conquista.
El pantalón subido
y la chaqueta larga.
Parece al contrario,
pero es él quien se aferra a la mano
pulida de ella.

"prometo no hacerte promesas
y quererte como es debido.
Sé amar sin barandillas
y ya no llevo rueditas de aprender
cuando ando en bici.
No soy una criatura hermosa
porque
domestiqué el batiente de mi ventana
y
ahora sólo muestra
aquello que tiene delante.
No es ternura lo que ves
en mi mirada.
Es derrumbe
y furia apolillada.
Ni emblema
ni bandera que no sea
tu camisa blanca
sobre la silla de mi cuarto
una mañana cualquiera
"

Les diferencia
el hecho impertinente
de que él conoce el desencanto.
y la premura.

E intenta
Por todos los medios
Llevársela a Lejos.
Llevársela a Remota.
Dondequiera
que pueda mantenerla a salvo
de la jauría y el derrumbe.

Intacta.
Como una
nieve recién nevada.

Comentarios

Otoko ha dicho que…
Leerte es como despertar una linda mañana de primavera con los lindos pajaritos cantarines jugueteando en el alféizar de tu ventana... de esos revoltosos que ayudaban a Cenicienta.

Eres un caramelo, Orquesta.
Eva Torices ha dicho que…
Una historia preciosa, preciosamente contada. Yo quiero alguien que me salve del desaliento y del frío interior. O del derrumbe y la jauría. O del miedo, o de mí misma. De lo que sea. Pero sólo saber que existe alguien capaz de salvarme. No me importa de qué.
Fauve, la petite sauvage ha dicho que…
Yo también la vi el otro día. Pero no el final. Entre la rutina que me lo impidió, y el deseo de que arreglaras la peli con una entrada pensando que no lo ibas a hacer, pero sí, ¡cómo pude dudar de ti!

Besazos, ¡OP!.

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