Poemarias (I): Dido's Lament
Dido
por ese amor
más antiguo que los dioses
que es arena entre los dedos abiertos
premura
vacío
se va
cabalgando
el monstruo de madera
y la espuma fabulosa,
y te resta un torrente de horas
escarpadas
para dormir al barro
Tú, que
te ofreciste en vuelo absoluto
entre los truenos
y la baba fecunda de los caracoles.
Aquella tormenta
te dio forma
oh, tú,
escogida de los carámbanos
la luz púrpura
y el sexo de azafrán.
Cómo creíste
que bailarías como el agua mansa
solo por amor al reflejo.
Qué laberinto
de aves temblorosas
dejaste atrás.
Y luego nada.
El coloso marcha.
Y el ardor ya es sólo un cordel
entre las escamas incandescentes
Ya no hay
beso
de cristal templado;
la niñez como
un sedal
que sacrificas ante la bestia
Nos queda el
fuego
—pensaste—,
ese hijo manso
sin memoria
que no distingue
el arma
de la herida.
* Detalle de un grabado de Gérard de Lairesse de la serie "Histoire de Didon et Aeneas" en el British Museum
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